En muchas ocasiones en nuestras empresas o negocios hay que hacer una sesión de fotos para un producto, un evento o una entrevista para compartir en las redes sociales. Desde un punto de vista financiero, asumir la compra de todo el material que se necesita, para utilizarlo de manera eventual una, dos o tres veces al año –como mucho- es una locura: todo lo relacionado con el audiovisual suele tener un coste elevado al que es complicado sacarle rentabilidad.
Por eso usar material fotográfico de alquiler es una opción más ventajosa, ya que permite que paguemos única y exclusivamente por el tiempo que vamos a necesitarlo. Por ejemplo: una cámara de fotos de las más importantes del mercado, la Canon EOS 5D, cuesta en la web de la marca 3.699 euros. Alquilarla a través de Topstudios supondría 140 euros. Es decir, podríamos contratarla hasta en 25 ocasiones sin llegar al precio de compra.
Partiendo entonces de esta ventaja que nos supone convertir en coste variable un coste a priori fijo, solo nos falta saber exactamente cuál va a ser el material que vamos a necesitar de cara a nuestra sesión fotográfica profesional.
Cámara de foto o vídeo
Obviamente sería el primero de los dispositivos en los que tenemos que pensar. Lo único: habrá que decidir qué tipo de cámara necesitamos, si más orientada al vídeo, donde Sony puede ser una buena opción, o si a la fotografía, donde Canon es la reina. Habrá que ver también qué resolución soporta, si Full HD o 4K, y el tiempo que vamos a estar utilizándola de seguido.
Las lentes
Junto a la cámara, la elección correcta de las lentes a utilizar es clave para llevar a cabo un trabajo profesional. Tendremos que tener en cuenta si vamos a trabajar en interior o en exterior, y si vamos a tener que hacer fotografía o paisaje de figuras o productos a larga distancia, media distancia, o corta.
En función de la distancia a la que se encuentre el objeto o las personas, hablaremos de unos objetivos o de otros. Está claro que cuanto más lejano se encuentre aquello a fotografiar, hablamos de más importe a desembolsar, aunque las diferencias tampoco son apreciables: un objetivo de Canon 80-200 se puede ir a 45€ de alquiler.
Los softbox
Un softbox es un dispositivo que nos permite regular la luz que hay en la escena. Sirven tanto para exterior como para interior, y su cometido es el de homogeneizar la luz que recibe el objeto o persona que vamos a fotografiar, de tal manera que, a posteriori, cuando editemos, la escena sea lo más uniforme posible.
Son aparatos grandes, que ocupan espacio y su funcionalidad es puntual, así que lo mejor es alquilarlos en momentos concretos en los que realmente sepamos que le vamos a sacar provecho y el material quede en manejo de un fotógrafo profesional.
Las baterías y los flashes
Serían los últimos materiales con los que tenemos que hacernos: baterías de sobra por si vamos estar bastante tiempo fotografiando, y los flashes por si vamos a trabajar en interior y necesitamos una ayuda con la intensidad de la luz.
El estudio
No solo necesitamos tecnología, también el espacio adecuado para las sesiones que no sean de exteriores o para las que queramos que factores como la climatología o la iluminación quede totalmente bajo nuestro control. ¿Sabías que se pueden alquilar por horas estudios profesionales?